El número de aerogeneradores que componen un parque es muy variable, y depende fundamentalmente de la superficie disponible y de las características del viento en el emplazamiento. Antes de montar un parque eólico se estudia el viento en el emplazamiento elegido durante un tiempo que suele ser superior a un año. Para ello se instalan veletas y anemómetros. Con los datos recogidos se traza una rosa de los vientos que indica las direcciones predominantes del viento y su velocidad.
Los parques eólicos proporcionan diferente cantidad de energía dependiendo de las diferencias del diseño, situación de las turbinas, y el hecho de que los antiguos diseños de turbinas sean menos eficientes y capaces de adaptarse a los cambios tanto de dirección como de la velocidad del viento.
España tiene, a fecha de finales de 2011, 19.259 MW de potencia eólica instalada, que representa el 16% de la demanda total. Castilla y León es la comunidad autónoma con más potencia instalada (4.540 KW en 2011).
Constructivamente, es necesario concentrar la radiación solar para que se puedan alcanzar temperaturas elevadas, de 300 º C hasta 1000 º C, y obtener así un rendimiento aceptable en el ciclo termodinámico, que no se podría conseguir con temperaturas más bajas. La captación y concentración de los rayos solares se hacen por medio de espejos con orientación automática que apuntan a una torre central donde se calienta el fluido. El conjunto de la superficie reflectante y su dispositivo de orientación se denomina heliostato.
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